miércoles, 13 de mayo de 2009

Interior de casa (IV) (calle Trista)

La vivienda en Cuba, y en Santa Clara en particular, que es nuestro blanco de críticas y apreciaciones está, como siempre lo ha estado, amenazada por sus ocupantes que en pos de confort, de « modernización » y para dar solución a sus problemas habitacionales, acomete obras y cambios sin reflexionar al golpe que asestan a la arquitectura interior y exterior de las viviendas. Decía, « como siempre lo ha estado », porque desde épocas tempranas, los propietarios de casas no supieron salvaguardar el patrimonio del que disponían. Hoy, la deterioración de las viviendas, su consiguiente destrucción y el déficit  habitacional, han permitido renovaciones tanto en interiores como en exteriores que distan mucho de haber respetado las normas de la conservación y el patrimonio. No pretendo  echar culpas a nadie, porque la falta y la culpa de lo que pasa es de todos.

En una de esas viejas casas del centro histórico metí la cabeza cuando vi a un improvisado « lajero » dar término a la pared lateral izquierda del saguán. A la derecha, la ventana enrejada que debía permitir ver el salón, tapiada con « cartón-tabla », porque la pieza ya no hace parte de la casa. Como muchas casas de fachada ancha, vivienda dividida. En el salón, vive y tiene su negocio un joyero (esto supone que hubo que añadir baño y cocina a la pieza concebida para recibo) que necesariamente tuvo que abrir a la calle,una de las dos ventanas coloniales para convertirla en puerta.
Del saguán se pasa a la saleta, a la que le entra luz y ventilación por las hermosas lucetas rectangulares en la que se engarzan vidrios y piezas de madera, con agujeros para la dicha ventilación. La luceta se acomoda sobre la puerta-ventana y es hermosa tanto desde el interior como desde el patio. Patio lateral, como otras casas que ya hemos visto en éste blog, ahora, y del cual se regocija el coproprietario, acorralado por un muro de balaustres, de nueva factura, y que se han puesto, como los enchapes de piedras y lajas, muy a la moda en cualquier remodelación de casa en la ciudad del Bélico. Como ha dicho en su día la arquitecta Milvia Maribona, eso hace parte del nuevo estilo « neomaceteresco » (ver Un nuevo estilo arquitectónico : el « neomaceteresco » por la arquitecta Milvia Maribona. y también Tropezar con la misma piedra...en la fachada ), y trabajo costará cambiar la mentalidad de los propietarios.

El muro divisorio, va de la mano de una carencia, de la cual sufren las viejas casas de la ciudad : las canales. Las canales han desaparecido, caídas a causa de las vigas y techos podridos, o siguen allí, a punto de desaparecer bajo el herrumbre y la suciedad, porque hay también un poco de abandono, y la excusa está en la falta de una escalera para subirse (no venden escaleras en los comercios, eso es cierto !), y a lo que íbamos, el muro, que supongo casi más costoso que reparar una canal, será el impedimento a que el agua de lluvia penetre en el pasillo techado. Las fotos hablan por sí solas. ©cAc-2009

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